jueves, 24 de octubre de 2013

Los días que anduvimos “arruinados”


Hoy escribe Flor

A veces viene bien un poco de historia, y por eso decidimos ir a visitar algunas ruinas. Pensar que cuando fuimos a Machupicchu creímos que eso era antiguo, y  tiene tan solo 500 años.

Huaca de la Luna, cultura Moche.

 Las ruinas de Caral, que están a unos 200 km de Lima, tienen 5000 años!
Son contemporáneas con Egipto y fueron la primera civilización de América. 
Cuesta creer que hubieran elegido ese lugar tan inhóspito en el medio del desierto para instalarse.

Nosotros pensamos que no podía ser, que habitantes en América hay hace mucho más tiempo, pero nos desasnaron cuando nos explicaron que antes de Caral, los habitantes eran nómades y cuando los llaman la primera civilización, era porque sus habitantes tenían jerarquías, adoraban a los dioses, tenían líderes políticos y religiosos. Ya desde esa época utilizaban la religión para dominar a los pobladores.






Intercambiaban productos con otros grupos que estaban en la costa y en la montaña. El lugar elegido para instalarse y construir nueve pirámides fue en el medio del desierto, donde nunca llueve. El secreto era que estaban lo suficientemente cerca del río para poder sembrar y lo suficientemente lejos para que las crecidas no destruyan todo.
Este lugar se descubrió hace solo 19 años y hace unos 13 años que empezaron las excavaciones.
Por los pocos restos humanos encontrados, creen que emigraron a otros sitios.
La sospecha de nuestra guía es que pueden haber sido los antecesores de Chavín.



En Huanchaco también visitamos el sitio arqueológico “Pampas Gramalote”, que tiene aproximadamente 4000 años de antigüedad. Era un aldea pesquera descubierta hace poco y de no ser por un muchacho nacido allí que estudió arqueología en la Universidad de Yale, habrían construido un hotel sobre las ruinas.
Allí aprendimos que el ceviche se prepara hace 4000 años, con el pescado fresco del mar, el camote (batata bien dulce) y la yuca (mandioca), que se siembran en esas tierras desde épocas que nos cuesta imaginar.


Los caballitos de totora, una especie de barquitos hechos de una totora triangular (única en el mundo) que crece a lo largo de la playa de Huanchaco, también se usaban desde esos tiempos para ir a pescar. Hoy, se siguen fabricando estos barquitos artesanalmente, con la misma técnica que hace tantísimos años.


  
Chavín de Huantar son otras ruinas que visitamos pero que tienen tan solo 3500 años. Quedan cerca de la Cordillera Blanca, y para llegar hay que pasar un abra de 4600 msnm.
En sus construcciones ya se puede ver el trabajo de tallado en piedra, como un monolito de 4,50 m de altura que está dentro de una de las pirámides. Es una cosa impresionante, y está ubicada en un recinto que tiene la forma de la cruz andina, la chakana, que usaban también los Incas.


Estos locos decidieron ubicarse justo sobre un rio. Y que hicieron? Fácil, le cambiaron el curso! Y para escurrir el agua que se filtraba por debajo de las pirámides, armaron unos ductos para redirigirla al nuevo cauce del río.


En Huanchaco también estuvimos en el Huaca (significa sagrado) del Sol y la Luna, de la cultura Moche o Mochica, que vivieron entre el año 200 y 700 d.C. Son dos pirámides, las más importantes en esta zona, rodeadas de las casas donde habitaba la gente.
Los mochicas hicieron 5 pirámides en el mismo lugar, una sobre otra. Cada 100 años aproximadamente se hacía el cambio. Imaginen 5 cajas. La primera, la mas pequeña sería la primera pirámide. La segunda, un poco más grande, se colocaría sobre la primera, tapándola completamente, y así sucesivamente.




Las excavaciones se hacen en la 4ta y 5ta pirámide, y en algunos casos se puede ver parte de la 3era, pero nunca vamos a ver la 1era porque se derrumbaría todo el edificio.
Los dibujos y pinturas  en los muro son espectaculares. Tienen sobre y bajo relieve y están pintadas en 5 colores: negro, blanco, rojo, amarillo y azul. Excepto el negro, que se lograba con carbón, el resto de los colores se lograban con minerales.



En este lugar se descubrieron sacrificios humanos, muchos, ya que se hacían competencias de luchas y el perdedor era entregado como ofrenda a los dioses.
A pesar de tener montañas de piedra muy cerca del lugar donde se instalaron, toda la construcción la hicieron de adobe. Incluso las familias tenían que donar ladrillos, como si fuera un impuesto, y para identificarlos les hacían alguna marca representativa que permitía saber quien los había entregado.
Creo que de todos, éste fue el lugar que más me gustó y el que más me sorprendió.
Ah, y ahí vimos por primera vez al perro peruano o Viringo. Es una raza única, sin pelo, bastante particular, que existe desde la época de los Mochicas. Este perro era usado por la gente para calefaccionarse, ya que tiene 40º de temperatura corporal.
Es muy raro y da mucha impresión tocarlos… Gaby no se animó!



La última cultura que visitamos anterior a los Incas fue la Chimú, en las ruinas de Chan Chan. Construyeron la ciudad de adobe más grande de América Latina y vivieron entre los años 600 a 1400 d.C.  cuando fueron prácticamente destruidos por los incas.





Si querés leer lo que escribimos acerca de la cultura Inca, podes hacer click aquí.

A pesar de ser posteriores a la cultura Mochica, pareciera que fueran anteriores, porque los trabajos de diseño en los muros parecen menos avanzados y no los han pintado.

En estos sitios arqueológicos, notamos que hay dos tipos de trabajos: conservación y restauración. Por ejemplo, en Caral y Chan Chan restauran. Nuestra  guía de Caral, que también era restauradora, nos contó que cuando empezaron a trabajar, los muros de las pirámides se caían. Lo que hacen es sacar fotos para documentar como estaban, desarman piedrita por piedrita y dibujan cada una en papel milimetrado. Luego, vuelven a armar una por una. Le preguntamos si alguna vez le había sobrado alguna piedra al terminar un trabajo. Orgullosa, nos dijo que no, que no sería una buena restauradora si le hubiera pasado eso.
En Chan Chan, con excepción de que las paredes no están completas, pareciera que estuviéramos ahí en su momento de mayor esplendor.
En cambio en el Huaca de la Luna, solo conservan. Nos contaron que le hacen un tratamiento a las paredes que están pintadas para evitar que se siga deteriorando, pero hasta ahí llega su trabajo.

Sabemos que nos quedaron muchos, muchísimos lugares para conocer! Hay tantos sitios arqueológicos en Perú, que no alcanza el presupuesto del Estado para realizar trabajos de investigación.
Pero lo importante es que estos lugares sean reconocidos y preservados, ya que nos permiten entender un poco más el presente de nuestros países americanos, y transmitir al mundo que América no fue descubierta por los españoles ni por nadie!


2 comentarios:

  1. Impresionante encontrarse parado en el lugar donde vivieron poblaciones hace tantos años! Imaginar que hacian, como se organizaban... Yconstruido en adobe! a veces quisiera tener ese perro peruano, aunque feito, no larga pelo como mi Golden "Laly". Hermosas fotos y didactica la explicacion de su historia. Mami, Mirta.

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  2. Que increible que pudieron visitar esos lugares, hace poco con lucho nos enteramos los de las ruinas de chavin, y esta programado para el proximo viaje! jaj... aunque no sabiamos que habia tantas ruinas por conocer ,,,
    Sigan descubriendo lugares chicos!! deben tener la cabeza estallada ya! de tantas cosas nuevas!
    :) los felicitooooooooooooooo! y los quiero!
    MEchita!

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