Panamá tiene playas, muchas playas. En el Pacífico y en el
Caribe. Unas están más cerca de la ruta Interamericana y otras más alejadas.
Algunas tienen las mejores olas para surfear y otras son como una piscina. En
definitiva, hay para todos los gustos.
Pero nosotros, debemos confesarles, estábamos un poco
cansados de la playa. Sabemos que puede sonar estúpido. Como puede uno cansarse
de estos lugares caribeños llenos de mar, sol y palmeras? Pero queríamos
cambiar de ambiente y fuimos en busca de las montañas.
El primer lugar al que fuimos es el Valle de Antón, a 130 km
de la Capital. Queda a 600 metros sobre el nivel del mar, y ya con esa altura,
tiene un clima agradable durante el día y fresco en la noche. Muchos ríos,
cascadas y caminatas para elegir (o hacerlos todos). Aguas termales, árboles
cuadrados y bosques de pinos. Este lugar nos pareció ideal para la escapada de
fin de semana de quienes viven en la jungla de cemento.
Siguiente parada: Boquete. Este es uno de los lugares más
turísticos de Panamá y quisimos ver si realmente era para tanto. La primera
impresión no fue tan buena. Llegamos esperando encontrar un lugar como el Valle
de Antón, pero nos encontramos con algo mucho más desarrollado, más gente, mas
negocios. Hay muchos extranjeros, principalmente de Estados Unidos, que van a
vivir allí cuando se jubilan.
Íbamos con la idea de quedarnos 2 días, pero nos atrapó y
terminamos quedándonos 8.
Todo comenzó cuando llegamos. Llovía y hacía frío. Era la
tarde ideal para tomar unos mates con algo dulce. Buscamos la panadería y no
podíamos salir de nuestro asombro cuando vimos palmeritas y galletas con crema
pastelera. El asombro fue mucho mayor cuando las probamos y comprobamos no solo
que estaban buenísimas, sino que también su sabor era el mismo que conocemos…
dicen que la nostalgia vende y nosotros compramos.
Descubrimos una biblioteca de lujo, con libros modernos e
internet libre, donde se juntaban todos los chicos del pueblo. Allí al lado nos
quedábamos a dormir. El pueblo era super tranquilo y nuestro sexto sentido de
viajeros nos decía que estaba todo bien.
Hay varios senderos para caminar, pero como ya dijimos, es
época de lluvia y no es lo más seguro. Está todo bastante embarrado y puede ser
peligroso. Nosotros caminamos un poco en el sendero de los quetzales que pasa
por distintos paisajes en muy poco trayecto. Después de la caminata preparamos
el almuerzo en la entrada al sendero, donde esta la casa del guardaparques,
rodeados de naturaleza.
También visitamos una finca cafetera familiar, donde
conversamos un largo rato con el encargado que trabaja allí desde hace más de
20 años.
En Boquete hay muchas plantaciones de café, además de
cítricos y todo tipo de hortalizas.
Otro de los motivos que hizo que nos quedáramos varios días
más de lo pensado, fue conocer a otros viajeros. Compartimos varios días con
Juan, Inés y Carlos. Morfamos lindo, ya que a Juan le encanta cocinar: Ñoquis,
hamburguesas caseras con papas fritas, crema pastelera, etc…
Pero la frutilla del postre fue, literalmente, conocer a
Lucy, la cara visible de “El poder de las frutas”, un restaurante donde todo se
hace con fresas: con crema, licuados, batidos, helado, duro (pulpa helada) con
leche condensada, mermelada, empanadas.
Portadora de una sonrisa contagiosa y con un optimismo sin
igual, nos contó orgullosa la historia de cómo “El poder de las frutas” llegó a
ser lo que es hoy. Un lugar que está bastante alejado del centro del pueblo,
que no tiene publicidad ni página de internet, a donde todos llegan por
recomendación, gracias al famoso de boca en boca. Los visitantes son libres de
dejar su firma en las paredes y cada vez que vuelven, buscan el lugar donde
habían dejado su marca para mostrárselo a sus hijos o a las personas que traen
para que conozcan.
Con el pasar de los años, las paredes no fueron suficientes
y la gente empezó a firmar el techo, los marcos de las ventanas, el televisor,
la cafetera y hasta los tubos de iluminación.
Nosotros estamos convencidos de que el poder no está pura y
exclusivamente en las fresas. Acá el ingrediente mágico, ese toque extra que lo
hace especial, lo pone ella. Lucy sigue detrás del mostrador, igual que hace 14
años, con la misma dedicación y haciendo sentir especial a cada persona nueva
que llega… así nos hizo sentir a nosotros.
Y llegó el día de dejar Boquete, rumbeando ya para Costa
Rica, un nuevo país, pero no sin antes una breve visita a Bocas del Toro.
Llegamos con sol, después de casi dos meses que no salía… y
fueron como las vacaciones del viaje. Dejamos la Kangooneta en tierra firme y
nos fuimos en lancha hasta la isla principal, Isla Colón, para desde allí
conocer algunos de los lugares destacados.
La playa de las estrellas fue la primera parada, donde
también pudimos ver peces León en el fondo del mar.
El segundo día hicimos un recorrido por distintos lugares.
No tuvimos suerte para ver delfines, pero cuando llegamos a Cayo Zapatilla
salió el sol y permitió que los colores del mar resaltaran aún más.
La última parada fue Cayo Coral, donde hicimos snorkel y si
bien no había muchos peces, los colores de los distintos tipos de corales que
pudimos ver fue algo nuevo para nosotros… fue alucinante!
El día que nos volvíamos amaneció lloviendo… de nuevo el
clima había estado de nuestro lado. Nos reencontramos con la Kangooneta y nos
despedimos de las rutas verdes y serpenteantes de Panamá.
Muy bueno chicos!! Saludos, estoy viajando con ustedes en cada post!! Maravilloso!!!
ResponderEliminarHola Guido! Gracias por viajar con nosotros! Buenos caminos!
Eliminarme encantaron los corales, gracias por hacernos conocer todas estas bellezas. bs
ResponderEliminarGracias Cris! Siempre estás ahí! Saludos viajeros!
EliminarSolo los que viajan con el corazon abierto pueden vivensiar tanta belleza
ResponderEliminarGracias Pá! Disfrutamos mucho de lo que vivimos. Saludos viajeros!
EliminarHola! Hermoso todo lo que muestran... Y verlos a uds tan lindos tambien! Las sonrisas bajo el agua son unicas! Ja ja. Sigan andando...., los seguimos! BESOS. Mirta.
ResponderEliminarHola Ma! Nos pone muy contentos que les guste lo que vivimos y disfrutamos! Abrazos!
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