domingo, 21 de diciembre de 2014

Reflexiones de fin de año

Hace unos días caminábamos por las calles del Centro Histórico de Campeche y un banco nos llamó poderosamente la atención por lo que tenía escrito en él.
Nos hizo reflexionar mucho y, mientras tomábamos mate sentados en el Malecón contemplando el atardecer,  nos pusimos a hacer el balance del año y sin querer queriendo escribimos este post en el aire.
Qué sueños invocaste, viajero, para llegar hasta aquí?
Detente y piensa un momento, a dónde quieres ir?
Cuantos rincones no has conocido?
Cuantos recuerdos has olvidado?
Cuantas huellas sin dibujar?
Viajero que vas soñando caminos, vuelve a soñar acá. 



Nos dimos cuenta de que este fue el primer año que nos encontró de lleno viajando. Arrancamos al año en Colombia, uno de los países más felices del mundo, junto a una familia que habíamos conocido pocos días antes, con costumbres totalmente distintas a las nuestras. Eso nos hizo sentir muy lejos de casa y de los nuestros, pero de eso se trata el viaje, de estar abiertos a lo distinto, a lo nuevo.


Allí comenzaron 3 meses de viajar por Colombia, un país asombroso en el que compartimos con los locales como en ningún otro, en el que descubrimos que el único riesgo que existe “es que te quieras quedar”. En las fincas del eje cafetero nació nuestra fascinación por el café, y conocer todo el proceso de producción, desde la planta hasta que lo tengas servido en la taza, hace que lo amemos y lo valoremos mucho más.

Luchito compartiendo sus conocimientos cafeteros con nosotros
A pesar de los pronósticos nefastos, pasamos 2 meses en Venezuela y seguimos vivos. Encontramos un país de contrastes, con las playas más lindas del Caribe que habíamos visto hasta ese entonces, en el que gastamos sólo 4 dólares para hacer 6 mil kilómetros! En una de sus playas vimos uno de los espectáculos más maravillosos, el desove de una tortuga Carey gigante, algo que nunca vamos a olvidar.



Fuimos a las Guyanas!!! Era un desafío personal que me había propuesto desde hacía mucho tiempo y lo logramos. La Kangooneta se portó como la mejor en el terrible camino de barro, tierra, serrucho y pozos que tuvimos que hacer y, para colmo, 2 veces (ida y vuelta). Fue el mes más intenso de todo el viaje. Era tal el desconocimiento de estos 3 países perdidos en el territorio Sudamericano que  todo era una sorpresa y lo que aprendimos habiendo estado ahí no lo podríamos cuantificar.


En Colombia, listos para dar el gran salto y cruzar a Panamá, estuvimos a punto de volver a Argentina. Finalmente no lo hicimos y seguimos hacia el norte. Si hay algo que tenemos que confesar es que estamos un poco arrepentidos de esa decisión, pero somos responsables de nuestros actos y seguimos, porque ya no hay vuelta atrás, el Tapón del Darién no te permite arrepentirte.  Con el diario del lunes, todos somos Gardel, y teníamos que hacerlo, que vivirlo para pensar y ser conscientes de que para nosotros volver a Argentina luego de 1 año fuera de casa hubiera sido lo mejor, sobre todas las cosas para juntar fuerzas para seguir.
En Panamá, recibimos el gran apoyo de la familia Caldas, que casi sin conocernos, nos abrió las puertas de su casa durante 1 semana mientras la nuestra (la Kangooneta) atravesaba el mar dentro de un contenedor para ir a nuestro encuentro.


En Costa Rica y en plena temporada de lluvias solía ganarnos el mal humor al encontrarnos que todo estaba húmedo, que nada se secaba y que no podíamos hacer otra cosa que estar adentro del auto esperando a que pare. Cuando eso pasaba, aparecía algún animalito que nos devolvía la sonrisa. Fue el país en el que vimos más animales en estado salvaje que en ningún otro: monos, perezosos, cocodrilos, mapaches, iguanas, ardillas, cangrejos multicolor, cangrejos ermitaños (los que usan la concha de un caracol para vivir) y muchos más…

Mamá perezosa con bebé perezoso, un espectáculo de la naturaleza.
Luego vino Nicaragua, donde después de una semana de relax en la Isla de Ometepe, en una finca que maneja una comunidad luego de la Revolución Sandinista, sucedió el peor momento del viaje, aquel en el que nos robaron todas las cámaras y equipos que tanto esfuerzo nos había costado tener. Nos sentimos con la energía por el piso, engañados como niños de una manera tan estúpida. Pasaron unos meses, pero aún algunos días recordamos la situación y nos queremos matar! Después pensamos en que estamos bien, que no nos hicieron nada y que todo pasa por algo.

Este evento hizo que nuestros planes de no tener plan cambiaran, y el nuevo plan fue recorrer el resto de Centroamérica un poco más rápido, atravesando Honduras sin conocer nada y estando en El Salvador solo 4 días. Allí nos enamoramos de Suchitoto (un pueblito que es como una caja de bombones) y de las pupusas! En esos 4 días comimos 18 pupusas, sí 18! Simplemente no podíamos parar!



En Guatemala apretamos el freno. Encontramos personas muy cálidas que hicieron que nuestros días en este hermoso país fueran mucho más acogedores. Visitamos la que, hasta ahora, es la ciudad colonial más hermosa que hemos visto: La Antigua, que nos sorprendió a cada paso, con cada detalle. Nos gusta darnos cuenta de que no hemos perdido la capacidad de sorprendernos.


Y el fin del 2014 nos encuentra en México, aún en Latinoamérica, pero geográficamente en Norteamérica, muy cerca, relativamente, de nuestra meta: Alaska. Y mientras tengamos salud, amor y algo de dinero, seguimos hacia allá!



Nos quedaron muchos rincones por ver, pero aprendimos a sacarnos la culpa por los que quedaron afuera y a disfrutar de los que tuvimos el privilegio de visitar. Somos conscientes de que no podemos ir a todos lados y que tenemos que elegir. Nos quedamos con ganas de conocer Honduras y Belice, y por ejemplo aquí en México, en la Península de Yucatán hay por lo menos más de 50 sitios arqueológicos. No podemos conocerlos todos y eso a veces  nos molesta un poco, pero miramos lo vivido, el camino recorrido, hacia adelante como los Mayas, y no nos reprochamos nada. No podemos creer estar tan lejos de casa y la intensidad con la que vivimos este año no se puede comparar con nada.

Hay muchos momentos en los que flaqueamos y nos gustaría teletransportarnos y compartir  momentos con la familia y los amigos. Hay tantas cosas que nos perdimos estando lejos. Nacieron hijos de amigos y Santino, nuestro primer sobrinito, unos amigos se casan, infinidad de cumpleaños y momentos lindos, así como otros momentos no tan lindos en los que nos hubiera gustado estar allí para dar un abrazo o acompañar a quien lo necesitara. Pero estas cosas también nos ponen a prueba y así como la convivencia las 24 hs durante más de 500 días es una prueba de amor para nosotros, el tomar distancia de la familia y amigos también lo es. Si ese amor es genuino y sabe de esperas, pues será el mismo o tal vez más fuerte a nuestro regreso. De lo contrario, no será algo malo tampoco, simplemente será que todos cambiamos y avanzamos en distintas direcciones y nuestros caminos no estarán destinados a avanzar juntos.

Nuestro balance de este año, como no podía ser de otra manera, es POSITIVO!


Les deseamos unas felices fiestas, un excelente 2015 lleno de sueños que se conviertan en realidad y muchos caminos llenos de vida y de viajes!

6 comentarios:

  1. Excelente como siempre, respecto a las decisiones que una toma y se arrepiente sepan que ustedes son privilegiados en poder decidir, este año nos toco seguirlos y aprender mucho de ustedes, ahora llega nuestro turno, esperemos estar a la altura del desafío, saludos y felices fiestas!

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    1. Hola Ale, muchas gracias por tus palabras! Les desemos muy feliz año y que tengan un gran viaje!

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  2. Muy agradecido estoy que haya sido Campeche punto de partida para tales recuerdos! ayer vi su Kangooneta en un estacionamiento del centro historico y ni pude dejar de imaginar los kilometros de experiencia que ha recorrido! Felicidades y sigan con exito.

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    1. Hola David, muchas gracias por escribirnos! Qué lastima que no pudimos conocerte y conversar personalmente. Pero aunque sea nos alegra que nuestra Kangooneta te haya traído hasta nosotros. Mucha suerte y feliz año!!!

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  3. Yo cada vez que los leo, no puedo contener la emoción, ese viaje debe continuar en un libro. Me imagino lo que sentirá un hijo de ustedes al leer sus vivencias, y que llegó, compartirá con sus nietos, y, me doy cuenta que yo también comparto con otros los que ustedes viven.
    Viajó e imagino, me inspiró y sueño, y me alegran el día, y suspiro.... Gracias Gaby, gracias Flore. Dios los bendiga, Dios les de fuerza porque el abrazo en Alaska será único, glorioso y eso será llegó de recibir Felíz Año Nuevo 2015.

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    1. Hola! Nos ha emocionado mucho leerte y nos estamos imaginando en el día de la llegada!!! Te contamos que hicimos un pequeño libro con la primera etapa del viaje por Sudamérica. Ojalá que algún día podamos tener alguno con el viaje completo, pero más lindo es todo lo que estamos viviendo y estamos muy felices! Te deseamos lo mejor! Muy feliz año nuevo!!!

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