domingo, 27 de agosto de 2017

Cambiar de paisaje

Me cuesta sentarme a escribir. Siento que perdí el hábito. 
Desde que dejamos de movernos constantemente se hace difícil pensar en que si no reflejamos tal o cual cosa ahora en el blog, nos vamos a olvidar o vamos a pasar a hacer otra cosa más interesante.
A pesar de que estamos en Ushuaia, una ciudad nueva para nosotros y con muchas, demasiadas cosas interesantes para hacer, hace varios meses que miramos por la ventana y todo sigue igual afuera, salvo cuando nieva (que es más lindo)

Vista hacia la casa...


Vista desde la casa!


Me es complicado no pensar en cosas que tengan que ver con la maternidad ya que Oliverio cambió nuestras vidas de una manera que nunca jamás lo hubiera imaginado y más que escribir sobre viajes, me veo tentada a escribir sobre crianza y bebés, pero para eso están los que saben y además, a quienes nos siguen no les interesa si le gustó lo que le cociné, o cuando empezó a caminar, si pasamos una buena noche o es de esos días en los que querés dejar todo y salir corriendo.
Y ya me estoy yendo para ese lado sin darme cuenta...


 
Hace un tiempo pensaba que esto de haber vivido en distintos lugares en los últimos meses está bueno porque puedo de alguna manera clasificar el tiempo.
Siempre fui mala para recordar fechas, como qué año nos fuimos de vacaciones a tal lugar, o que año me operaron de apendicitis, y el viaje me permitió relacionar cada cosa que pasaba a donde estaba yo físicamente, y así se me hacía más fácil.

A grandes rasgos podría hablar de mi vida en distintas etapas:
-          ANTES DEL VIAJE
-          EL VIAJE
-     LA VUELTA DEL VIAJE (que duró un año, la mitad con OLI adentro y la otra      mitad con Oli afuera)
-         VERANO EN LAS GRUTAS
-         INVIERNO EN USHUAIA

Siento que de haber estado todo este tiempo en Buenos Aires, y acá voy otra vez con la maternidad, me sentiría inmersa en un tiempo sin tiempo. Todos dicen que hay que disfrutar a los chicos, porque crecen rápido y todo eso. Y yo también lo digo. Cómo es que ya pasaron casi 15 meses? (si, los padres hablamos en meses!). Pero decidir criar a nuestro hijo nosotros mismos es el trabajo más difícil que creo tendré en toda mi vida, y los primeros meses fueron muy difíciles. Los días y las noches en pleno invierno de una Buenos Aires gris fueron largos y eternos. Y esto es cambiar de paisaje.


Escribiendo a orillas del Lago Atitlán, Guatemala.

Cuando llegamos a Las Grutas Oli estaba por cumplir 6 meses, y ahí fue donde dejó de ser un bebé que no hacía nada, a darse vuelta, empezar a comer y al final del verano comenzar a gatear.





Y en Ushuaia cumplió su primer año, aprendió a subir y bajar escaleras antes de caminar, aprendió a caminar, entiende absolutamente todo lo que decimos, no se queda quieto un segundo, se desespera por Rocco y lo persigue a los gritos diciendo babau, y esta mañana abrí los ojos y había una personita diciendo mama!






2 comentarios:

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