Potosí en la fecha justa

Cuando llegamos a Potosí nos pareció una locura!

Las calles del centro son muy angostas, casi no hay veredas, hay muchas pendientes, demasiados autos que tocan bocina por cualquier cosa y gente que se cruza todo el tiempo. Así que buscamos rápido un alojamiento y dejamos a la Kangooneta allí para poder salir a caminar.

Haciendo equilibrio para caminar por la vereda!

Potosí está a 4070 msnm y por suerte, como venimos subiendo de a poco, la altura no nos afectó tanto. Solo nos agitamos un poco cuando hay alguna calle en subida, pero nada mas. Por la altura, hace mucho frío, y también por eso decidimos no dormir en la Kangooneta, aunque en esta ciudad casi no hay hospedaje con calefacción.

Caminando empezamos a descubrir el encanto de esta ciudad.

En varias cuadras vimos muchos metegoles donde los chicos juegan después de la escuela.

Al llegar a la plaza principal vimos una larga fila para entrar a la Casa de la Moneda. Allí nos enteramos de que se estaba celebrando el 240 aniversario y se podía visitar de noche, así que entramos.

Hoy funciona como museo de obras de arte con las que los españoles predicaban la biblia, ya que los habitantes de aquí no hablaban español, y por lo tanto tenían que llegar a ellos a través de la vista.

La Virgen del Cerro, una de las mas emblemáticas. 

 En el pasado, era donde se trabajaba la plata, creando las monedas que se enviaban a España. Actualmente, tienen las maquinarias en exposición y colecciones de monedas de diferentes épocas.

Primeras monedas con forma irregular

Sobresale en el patio principal la figura del “Mascarón”. No saben bien su origen, pero tiene distintas interpretaciones. Los españoles lo llamaban el Dios de Vino, por la corona. Y los habitantes originarios creían que su cara era mitad española y mitad indígena, pero la sonrisa burlona representa la ambición y codicia desmedida de los españoles. Esa última nos gustó mas!

Empezamos a darnos cuenta de los beneficios que tienen los bolivianos, ya que a los extranjeros nos cobran más del triple en entradas a museos o parques nacionales, y ni hablar del combustible! Nos parece muy bien que beneficien a los locales, pero nos molesta un poquito el tener que pagar tanto más.

Esa noche vimos por la calle varios grupos de chicos, entre 10 y 15 años, desfilando con las bandas de las escuelas por las calles, con banderas y tocando instrumentos. Nos enteramos de que se estaban preparando para los festejos del 6 de agosto, día de la Independencia.

Miren esos cachetes por favor!

Los seguimos por varias cuadras y nos fuimos encontrando con muchas iglesias. En la ciudad hay 45. Es un número alto por la cantidad de habitantes, pero han quedado desde la colonia, otro modo de evangelizar de los españoles.

La ciudad es hermosa, lástima la cantidad de cables.

Casualmente elegimos el 1 de agosto para visitar las minas, día de la Pachamama. 

Antes de llegar, vimos mucha gente y llamas amontonadas. Se las iban llevando en autos o camiones y nos preguntábamos porqué. Dentro de la mina había muy poca gente trabajando y al salir nos cerró todo.

Estaban festejando! Las llamas eran para hacer ofrendas a la Pachamama, no solo para agradecer, sino también para pedir. Pudimos estar presentes en este momento de celebración, aunque tuvimos la suerte de llegar después de que habían sacrificado a la llama.

El 6 de agosto se celebra el día de la Independencia y este año el festejo se centró en Cochabamba. 

El 7 de agosto es la parada militar, que por primera vez centró sus festejos en Potosí. Y también estuvimos ahí. 3 km de desfile y gente en la calle como nunca habíamos visto. 

Lo mejor de todo eran los puestos de comida!

En estos días aprendimos bastante acerca de la historia de Potosí. Es muy importante conocerla para poder entender el presente:

Cuenta la leyenda que el Inca Huayna Capac llegó a Potosí allá por el año 1463, a bañarse en las aguas termales de la Laguna de Tarapaya, que se decía tenía poderes curativos. 

Probando los poderes curativos de las aguas termales.

Desde allí divisó un Cerro. Le pareció tan imponente y tan lindo, que lo llamó Cerro Hermoso. Huayna Capac mandó a sus hombres a investigar que había, y ellos, al regreso, le contaron que efectivamente habían encontrado plata. Mientras estaban en ese lugar escucharon un fuerte estruendo. La montaña les había hablado, diciéndoles que no la exploten. El Inca hizo caso al Cerro.

Luego de la llegada de los españoles, se dice que Diego Huallpa, un indígena Quechua, descubrió la plata en el Cerro Hermoso en el año 1545 porque fue a buscar una llama que se le había perdido. Como se hizo de noche y hacía frío, encendió fuego para calentarse. Por la mañana, se encontró con que entre las cenizas había plata fundida. Comenzó a extraerla. Inicialmente, lo hacía en pequeñas cantidades y muy discretamente, pero luego comenzó a explotar el cerro con su compadre, hasta que se pelearon y éste se lo dijo a los españoles.

En abril de 1545, los españoles fundan la Ciudad de Potosí, debido a que comienzan a extraer grandes cantidades de Plata que enviaban a España. El nombre de la ciudad es dado por la expresión que usaron los hombres de Huayna Capac al escuchar el estruendo: “Potojsi”. Como los españoles no podían pronunciar el Quechua, lo llamaron Potosí.

Renombraron al cerro como Cerro Rico por sus inagotables cantidades de Plata.

Hoy mide 4800 metros, pero antes de ser explotado estiman que llegaba a los 5000.

La ciudad de Potosí llegó a ser una de las mas grandes y ricas del mundo. Esto se puede ver en sus calles que mantienen la grandeza de otra época, solo que bastante deteriorada.

Se estima que 8 millones de habitantes originarios y esclavos traídos de África murieron en las minas, en los ingenios (lugares donde procesan la plata para separarla de la piedra)  y en las construcciones de iglesias, casas y oficinas para los españoles.

"El tío". Representa al diablo y fue creada por los españoles para que los mineros trabajen con miedo.

Hoy, 500 años después, el Cerro Rico se sigue explotando. Las condiciones de trabajo son las mismas, pero ahora los mineros trabajan por su cuenta. Forman cooperativas (actualmente hay 44) y deben pagar impuestos al Estado. Se extrae muy poca plata (los españoles se la llevaron casi toda), estaño, zinc y plomo.

Algunos mineros trabajan pocos años, hacen algo de dinero y se retiran, porque saben que su salud se afecta día a día.

Visitamos una de las minas por 2 horas. Los pasillos son demasiado estrechos, totalmente oscuros, y el olor que se percibe hace que sea muy difícil respirar.

Allí conocimos a Don Mario, que tiene 51 años y hace 40 que es minero. Tiene 10 hijos, de los cuales 4 trabajan con él. Pero no puede dejar de trabajar, es lo único que sabe hacer  y aunque sus pulmones están muy afectados, algunos de sus hijos son pequeños y debe mantenerlos.

El haber vivido esta experiencia nos hace dar cuenta de lo duro que debe ser para ellos estar allí dentro toda su vida.

Varios viajeros que nos cruzamos en el camino nos dijeron que no les había gustado esta ciudad.

No sabemos si es la mas linda, pero nos parece importante perderse en sus calles y encontrar historia paso a paso.