Y un día llegamos al Mar Caribe!
Cartagena, una ciudad que
asombra a cada paso con sus murallas y construcciones históricas, nos recibía
con los brazos abiertos. Y tardamos 5 minutos en cambiarnos la ropa y meternos
al mar, un mar transparente, sin olas, perfecto para “boyar” hasta el
atardecer. Si total no hace frío, no hay ese viento imposible de la costa
argentina, no tenés que ponerte campera! Entendés lo que significa eso?
Nos esperaban unos días en familia, con los padres de Gaby,
que nos iban a ir a visitar después de 8 meses de viaje, así que nos estábamos
mentalizando para cocinar un poco más elaborado, porque íbamos a tener un
departamento sólo para nosotros y la comodidad de una “casa” (que no escuche la
Kangooneta a ver si se enoja).
Llegaron con un regalito sorpresa! En el aeropuerto los
vimos con remeras de “Te quiero hasta Alaska”, para que los reconociéramos! Y
claro, con una para cada uno de nosotros!
También nos trajeron unos dulces argentinos. No queremos
pasar chivo con la marca ni nada, pero todo estuvo buenísimo y creo que hablo
por los dos cuando digo que no existe ningún dulce que se le parezca a un buen
alfajor de chocolate en ninguno de los países a los que fuimos.
El destino nos hizo coincidir unos días con los primos
Sergio y Yani, y el hecho de estar tan en familia nos hacía sentir como en
casa.
Un día estábamos en una excursión y escuchamos a unas chicas
argentinas quejándose de los colombianos, porque como sabemos, tienen la fama
de ser los más buena onda, pero a ellas no les parecía tanto.
Y tuvimos que interceder! En nuestra opinión personal, la
costa colombiana no parece Colombia. Allí, todo es un negocio y sentís que
nadie es genuino porque se mueven por interés. Cuando cualquiera se te acerca
es para hacer dinero con vos.
Pensamos que esto debe ser porque es la parte más turística
de Colombia y todo esta sobrevaluado. Los precios son altísimos y el regateo es
obligatorio, pudiendo bajar hasta la mitad del valor original. A pesar de esto,
seguimos pensando que Colombia es un país hermoso con gente hermosa, si nos
alejamos de la costa.
Disfrutamos de unas playas sublimes, de aguas de todos los
colores, hicimos snorkel para ver los pececitos más lindos y vimos durante casi
15 días la mejor puesta de sol que puede haber. Una bola perfecta perdiéndose
en el fondo del mar!
Y no podemos olvidarnos de la comida: Pescado! Que otra cosa
se puede comer en la costa? Uno de los mejores platos fue un pargo rojo con
arroz con coco y patacones (plátano verde frito).
En Santa Marta visitamos la Quinta de San Pedro Alejandrino,
donde murió el Libertador Simón Bolívar y aprendimos un poquito más de la historia
de nuestro continente. Y no pudimos
dejarnos de sacar una foto en el Patio de las Banderas, donde están reunidas
todas las banderas de América, en honor al sueño de Bolívar de unión del
continente.
El reloj quedó detenido en la hora de muerte del Libertador |
"Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo, bajaré tranquilo al sepulcro". |
Un dinosaurio! Vivo! |
Hola nuestro viaje fue algo muy anelado,y fue maravilloso, pero me falto pasear en la chiva rumbera.besos, papa jorge
ResponderEliminarQue se repita para viajar en la chiva rumbera!!! Besos
EliminarFlor y Gaby