lunes, 7 de julio de 2014

Casi casi que volvemos a Argentina...


Eran las 2 am del Jueves 26 de Junio, estábamos en el malecón de Manga en Cartagena, y faltando solo días para cumplir nuestro primer año de viaje, de nuestras bocas salían al unísono: “Nos volvemos para Argentina!”.


Habíamos llegado poco tiempo antes con la idea de embarcar la Kangooneta con rumbo a Panamá. Eran días en que explotábamos de felicidad.  Desde que habíamos vuelto a Colombia, sabíamos que estar de nuevo en este país era el sinónimo de que nos íbamos para Centroamérica.
Daba vueltas en nuestras cabezas que tal vez este cruce sería justo para el 9 de Julio, fecha en la que un año atrás, habíamos dejado nuestra casa, nuestros amigos, familia, trabajo y la rutina. Fecha en la que nos aventuramos a recorrer y a descubrir un estilo de vida totalmente distinta, conociendo millones de paisajes diferentes, pero lo que siempre vamos a decir: que lo más importante de este año de viaje fue toda la gente que conocimos, que nos ayudó ya solo saludándonos o recibiéndonos en su casa de manera totalmente espontánea.

Esos días en Cartagena, nos la pasamos yendo de una naviera a otra pidiendo cotizaciones para embarcar la Kangooneta de la manera más económica. Hasta contemplamos mandarla en carga suelta, sabiendo que es más riesgoso ya que uno deja la llave del vehículo y nos han contado que los tripulantes del barco siempre se llevan un “souvenir”. Pero igual, el valor no bajaba, era lo mismo que compartir un container, y en este último uno tiene la ventaja de que queda cerrado y se abre cuando retiramos los vehículos.


Ese Jueves cuando estaba anocheciendo, nos invitó a charlar otra familia argentina que estaba viajando en un motorhome enorme, éramos 8 dentro y todavía había lugar. A ellos en un principio le pedían muchísisisima plata para embarcar. Y casi al oído, le digo a Flor, con esa plata, les conviene vender el motor home, volar a estados Unidos y comprar otro allá, y después de recorrer lo venden, si total, dicen que allá los usados se encuentran a precios regalados.

Nos miramos, y por que no hacerlo nosotros? Muchas veces durante el viaje lo dijimos. Nosotros tendríamos que haber comprado en Estados Unidos, hay muchos que lo hacen, peros siempre nos asustó el tema de los papeles del vehículo.
Y en ese momento, pensamos que lo mejor era hacerlo. Era raro llegar a esa conclusión luego de recorrer Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana francesa y habiendo hecho 30 mil kilómetros. Pero a veces las cosas se dan así. O tal vez el otro factor era que estábamos degustando un aguardientico que nos regalaron unos bomberos en Venezuela.
No sabemos porque, pero sonaba muy lógico, aunque tenía un grado de locura importante. No estaba mal repensar las cosas. Siempre decimos que nuestro día arranca, sabemos donde despertamos, pero nunca sabemos que será de ese día y dónde dormiremos.

Nos bajamos del motorhome y nos quedamos un rato larguísimo charlando y flasheando como seguiría esta decisión.

Definido! Volvemos a Argentina, vendemos la Kangoo, y con esa plata, volamos a Estados Unidos y compramos algo allá. Sonaba muy lógico, nos ahorrábamos el dinero del cruce, la ida y la vuelta, y teníamos la posibilidad de tener algo más grande.
Porque tenemos que confesarles algo, la Kangooneta nos da demasiadas alegrías, pero le falta un poco más de espacio para estar dentro usando la computadora, para poder escribir los relatos que ustedes leen y elegir y retocar fotos.

Al día siguiente sucedía un de esas cosas de casualidad/causalidad que nos vienen pasando. Estaban con nosotros Damián y Mercedes, una pareja argentina que había comprado una Kombi en México. Estaban llegando Nora y Jorge que habían  comprado un motorhome en Estados Unidos; y Yayo y Sofía que habían comprado en México. Con estos últimos estuvimos charlando mucho, nos pasaron páginas en donde buscar vehículos y un dato importantísimo: Había unos argentinos que dejaron su camioneta en el país del norte y ahora están en Argentina.



Listo! Las cosas se dan por algo, mejor imposible. Les compramos o les hacemos el favor de bajar su camioneta andando hasta nuestro querido país. Nos mandamos unos mensajes y acordamos en hablar por la tarde.
Cuando todo estaba cerrando, esa idea estaba cambiando de ser una locura a ser la más lógica de las decisiones que podíamos elegir.
Tuvimos otra charla con otros viajeros que estaban en Venezuela, Quique y Marisa. Que lío de viajeros no? Cuando uno esta en Buenos Aires en su rutina, parece lo más normal del mundo ir todos los días a trabajar y hacer todos los días lo mismo, pero viajando, uno se encuentra con muchos que hacen lo mismo que uno, y ahora esto es lo normal.
Con estos últimos también hablamos mucho, y en un momento nos dicen, pero “Están seguros chicos? A la Kangoo ya le conocen las mañas…” Y esa fue las frase que nos hizo dar vuelta como una tortilla, la Kangooneta no tiene mañas! Hace todo lo que nosotros le exigimos sin quejarse y encima consume muy poca gasolina comparado con los grandes motorhome.

Así como les contaba que explotábamos de felicidad cuando entrábamos a Colombia pensando en el cruce a Panamá, lo hacía nuestra cabeza con estos cambios de decisiones. Igualmente siempre estábamos felices, la idea era seguir viajando de una u otra manera. Eso estaba confirmado, queremos seguir con esta vida.
Y pensamos que esta muy bien por un momento replantearse las cosas, y pensar y sentir en si lo que uno hace esta bien o no, si lo disfruta o no.

Fuimos en nuestra fiel compañera hasta la oficina del agente aduanero a confirmarle nuestro lugar en el container, y desde la oficina les avisamos a Paul y a Erika que nuestra querida Kangooneta viajará con su Kombi Aurora.

Hoy, 7 de julio, entregamos la Kangooneta en el puerto y nos quedamos sin casa por una semana.

Llegamos a Panamá a los 15 minutos que comienza el 9 de Julio.
Y así es como se da una vez más la casualidad/causalidad. Salimos de viaje el día de la Independencia Argentina y empezaremos nuestro segundo año de viaje en Centroamérica!


Control anti-narcóticos en el puerto


La Kangooneta entra primera!

Cortesía de Viaje Sin Destino: Paul, Eduardo y yo.


Todo listo!



Todo bien asegurado! 

Documentos en mano!

 Se cerró

Y se fue! Chau Kangooneta! Nos vemos del otro lado!

3 comentarios:

  1. Todo en buena hora! Sigan adelante! Todavia no es hora de despertar....

    ResponderEliminar
  2. Aguante la Kangooneta!!!
    Acá en Panamá se van a encontrar un montón de gente linda con los brazos abiertos que les darán la bienvenida.
    Besotes chicos!

    ResponderEliminar
  3. chicos! mi mayor admiracion por esa hermosa experiencia. muchos exitos!!!!!!

    ResponderEliminar

Dejanos tus comentarios acá!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...