Después de que Argentina pasara a la final, abrimos el
mail y nos encontramos con este mensaje de una colombiana que conocimos en
Cartagena:
Hola Chicos,
Me alegra que estén bien. Yo estoy muy feliz por la
clasificación de Argentina, la viví como si fuera Colombia la que hubiera
clasificado.
Siento mucha tristeza de ver muchísimos latinos
prefiriendo a los Europeos que a nuestros países hermanos, por eso es que no
hemos progresado lo suficiente, por esa falta de identidad. Ojala que este
domingo podamos celebrar el triunfo de una nueva copa para Argentina, los
estaré recordando mientras veo el partido.
Un abrazo,
Sonia García
Estas palabras quedaron dando vueltas en nuestras cabezas
e intentamos rememorar cada partido de Argentina en este Mundial, pudiendo comprobar
que en cada uno de los encuentros, había gente que quería que Argentina
perdiera.
El primer partido contra Bosnia lo vimos en Venezuela.
Estábamos en Chichiriviche y el encuentro era a las 17.30, por lo que habíamos
pasado el día en la playa y teníamos intención de verlo en un bar con pantalla
gigante que ya teníamos fichado.
Venezuela es todo menos futbolero. Allí el beisbol es más
importante. Y el bar estaba cerrado. Pero encontramos otro con un televisor muy
chiquito, y nos quedamos. Era lo mejor que había.
Cuando sentimos el himno nacional se nos puso la piel de
gallina y hubiéramos deseado teletransportarnos a nuestra querida patria. Había
una familia venezolana con las camisetas de argentina y nos sentíamos un poco
más acompañados. A las 6 de la tarde, había pasado media hora de partido y el
bar quería cerrar!!! Era domingo y el pueblo playero muere el domingo en la
tarde. El venezolano se puso bravo y dijo que solo lo sacaban con la policía.
Nos sumamos a la causa y nos dejaron quedarnos. La felicidad duró 15 minutos,
porque después se cortó la luz. Tuvimos que escucharlo por la radio un rato,
hasta que descubrimos que otro restaurante tenía generador y estaba pasando el
partido. La tele era muy chiquita y estaba a la altura de las mesas, los mozos
pasaban por adelante todo el tiempo, no había audio, y para colmo en la vereda
de en frente había otros carro con reggaetón al palo.
El encuentro con esa familia venezolana derivó en una
invitación a la casa de fin de semana que estaban alquilando. Eso nos hizo
sentir menos solos.
El segundo partido contra Irán lo vimos en Santa Marta,
Colombia. Era a las 11 de la mañana y habíamos salido muy temprano de Riohacha
para verlo. Llegamos 5 minutos antes de que empiece y en la desesperación Gaby
cerró el auto con las llaves adentro… por suerte lo resolvimos pronto y fue
todo bien. Lo malo fue que nos tuvimos que fumar a un idiota que todo el tiempo
nos decía que en Argentina solo jugaba Messi.
Del tercero contra Nigeria pudimos ver solo el segundo
tiempo. Estábamos en Cartagena con muchos otros viajeros en carro y habíamos
organizado para verlo todos juntos. Una hora antes de que empiece el partido
vino la policía a echarnos del lugar en el que estábamos “acampando” porque
supuestamente estábamos ocupando espacio público. La cuestión es que tuvimos
que irnos de ese lugar y desparramarnos. En el interín se largó una tormenta y
no podíamos encontrar donde estacionar. Se nos hizo tarde y llegamos a un bar a
para ver los últimos minutos del primer tiempo. En el descanso nos encontramos
con algunos de los viajeros y vimos juntos el segundo tiempo.
El partido contra Suiza nos lo perdimos. El hecho de no
tener casi nunca internet ni tele hacía que le preguntemos a la gente los
horarios. Nos habían dicho que era a las 3 de la tarde hora local. Esos días
nos estábamos quedando en un terreno en las afueras de la ciudad, pero íbamos a
ir a verlo. Cuando llegamos a Cartagena nos queríamos matar cuando vimos que el
partido ya estaba en tiempo suplementario. Por suerte vimos el gol y nos
tuvimos que bancar a un colombiano insultando porque quería que gane Suiza. Fuimos
el hazmerreir de muchos por lo que nos pasó.
El encuentro contra Bélgica fue el primero que vimos
normalmente. Nos juntamos con otros argentinos en un departamento y lo vimos
tranquilos sin tener que soportar a nadie alentando al equipo contrario.
El partido contra Holanda, que nos catapultó a la final,
lo vimos en Panamá.
Fue el mismo día que llegamos y en la mañana, cuando nos
tomábamos el bus desde el aeropuerto para ir a la Ciudad el chofer nos preguntó
si éramos argentinos. Muy contentos le dijimos que sí y nos respondió: Hoy
pierden!
Y ayer, contra Alemania, si bien la mayoría de los panameños
querían el triunfo de Argentina, había algunas personas en el bar donde
estábamos que preferían a los alemanes.
Debemos reconocer que no somos los más futboleros. De
hecho somos cero fanáticos, pero el mundial nos movilizó como a todos, y
muchísimo más, estando fuera del país. Es muy difícil explicárselo a los
recontra fanáticos, a los cabaleros y a quienes dan la vida por el fútbol.
Fue el primer Mundial de Futbol que vivimos lejos de
Argentina y tuvimos la posibilidad de verlo en 3 países distintos. Y lo
padecimos.
Y como dijo Sonia en el mail, es muy triste que los
países Americanos no queramos el triunfo de los otros.
La fiesta en Colombia cuando jugaba su selección era
fantástica. Y nosotros estábamos ahí, viéndolos hacer historia, pasando a
cuartos de final. Y claro que queríamos que ganen, pero no siempre era a la
inversa.
Nosotros también nos divertimos con lo que le pasó a
Brasil y con la canción que se convirtió en el himno de los argentinos. Pero
esperamos sinceramente que esta rivalidad se quede en la cancha y que pueda ser
dejada de lado en algún momento para permitirnos una unión Latinoamericana, a
la que aún le falta mucho, muchísimo camino por recorrer.
Nuestra humilde felicitación a la Selección Argentina de
Futbol por haber llegado a la final y por haberle dado pelea hasta los últimos
minutos al equipo Alemán!
Y a todos los que conocimos que decían que Argentina no
pasaba de octavos de final, que se muerdan la lengua!
El proximo mudial lo vemos juntos...
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