Noticias desde el Polo Norte

Cuando hace poco más de un año estábamos en Cartagena, Colombia, pensando si seguir hacia el norte o volver a casa, mirábamos el mapa y no podíamos creer todo lo que habíamos avanzado, lo lejos que estábamos.

Y que decirles de lo que sentimos ahora cada vez que miramos el mapa?

Estamos publicando este relato desde Inuvik, en la provincia Northwest Territories, Canadá!  Es un pueblito que queda 300 kilómetros al norte del Círculo Artico, que tiene casi 4 meses seguidos de día y 4 meses seguidos de noche!

Cuando estábamos próximos a llegar a Whitehorse, el plan era continuar por la Alaska Highway y llegar a Alaska. Estábamos a menos de 500 kilómetros de la frontera, más lejos de casa de lo que nunca estuvimos.

Ya habíamos pasado el paralelo 60 y si estuviéramos viajando hacia el sur, hace rato habríamos pasado Tierra del Fuego y nos hubiéramos caído del mapa!

Teníamos en nuestro parabrisas la primera cicatriz de la Alaska Highway, una ruta que comienza en Dawson Creek, Canadá, y que conecta el final de la vía del tren con Alaska. Es una obra de ingeniería colosal, que se construyó en tan solo 8 meses, en la época de la segunda guerra mundial, ante la amenaza de bombardeo. 10 mil personas y todo tipo de maquinas llegaron a ese pueblito de 600 habitantes para construir los 2400 kilómetros de la ruta que hoy es el deseo de cualquier estadounidense.

Porque no solo para nosotros Alaska es remoto, lejano y salvaje, también lo es para ellos, a pesar de estar mucho más cerca. Dicen que cuando era de tierra, era toda una odisea hacerla, que había infinidad de historias de animales salvajes, ruedas pinchadas y parabrisas rotos. Parece que no ha cambiado mucho después de todo…

La cuestión que esto de estar acá en verano y que no tenemos prácticamente noche (el sol si se esconde debajo del círculo ártico, pero los colores del atardecer duran varias horas y la noche es en realidad una penumbra constante, hasta que vuelve a salir el sol) nos tiene medio tarados. Nos cuesta dormir, nos despertamos por cualquier cosa y en medio de eso, hablamos y pensamos locuras. Y se nos ocurrió venir hasta acá a visitar a Juan, un uruguayo que conocimos en Panamá hace casi un año.

La ruta que nos trajo hasta acá se llama la Dempster Highway y es la única ruta de acceso público al Océano Artico. Desde el asfalto, tuvimos que viajar 736 km por un camino de ripio que pasa por el Circulo Artico, la tundra subártica y paisajes que parecen de otro mundo. Cuando empezamos a preguntar en qué condiciones estaba la ruta, empezaron las historias de más ruedas pinchadas, más parabrisas rotos, barro y tierra. Y mientras peores historias nos contaban, más ganas tenía Gaby de venir hasta acá, y más eran mis miedos y mis nervios, pero en el fondo sé que me gusta, que por eso estoy con él y que lo sigo en sus locuras, aunque sea hasta Inuvik!

Tuvimos que cruzar dos ríos en ferry, pero en invierno esos ríos se congelan (se forma una capa de 1 metro y medio de hielo) y el puente para cruzar es de hielo! 

Y si estuviéramos acá en invierno, podríamos seguir viajando en cualquier auto por el río Mackenzie, también congelado, llegar hasta Tuktoyaktuk, y alcanzar el Océano Artico. En Alaska también se puede, pero el último tramo que lleva a Prudhoe Bay es privado (pertenece a una empresa petrolera –toda esta zona es muy rica en gas y petróleo-) y no podés llegar en tu propio auto.

Nos emociona darnos cuenta de que nuestra meta esta muy cerca, pero como siempre dijimos, lo importante no es llegar a Alaska. Si así fuera, créannos que podríamos haber llegado mucho antes.

Aunque también lo sentimos como algo normal, algo que se transformó en nuestra vida, en nuestra rutina, y es fruto del esfuerzo y del sacrificio que día a día nos hizo avanzar un pasito más para llegar a donde estamos. 

Muchas veces recibimos comentarios diciéndonos que estamos viajando muy lento y otras que estamos viajando muy rápido. Y nos parece divertido que para lo que unos es mucho para otros es poco. Pero si hay algo con lo que todos coinciden es que Estados Unidos y Canadá lo estamos haciendo rápido, y así es, por lo menos más rápido que de costumbre. El verano empezó el 21 de junio, y lo ideal sería recorrer los territorios del norte entre dos meses antes y dos meses después. Como ven, estamos algo atrasados, y nos estamos apurando un poco, a nuestra manera.

Nuestra velocidad crucero es 90 kilómetros por hora. Para algunos tal vez parezca que vamos rápido, pero acá todos nos pasan: Los camiones, los motor home gigantes o camionetas enormes con trailers aún mas grandes. 

Muchas veces nos ligamos algún bocinazo por ir tan lento, pero lo que ellos no entienden es que vamos paseando, mirando el paisaje, tomando mates, leyendo acerca de los lugares por los que pasamos, parando cada tanto en algún lugar para sacar fotos, y tratando de grabar en nuestras retinas esos lugares y momentos que difícilmente se volverán a repetir.

Y así viajamos, como máximo unos 300 kilómetros por día, lo que nos lleva todo el día! Y cuando encontramos un lugar lindo, generalmente un río o un lago, ahí nos quedamos, a veces más de una noche y disfrutamos del lugar.

Muchas personas que conocimos piensan que en Argentina siempre es verano. Suponemos que por estar muy al sur piensan que como acá hace mucho frío en el invierno, que es la mayoría del tiempo, allá debe hacer siempre mucho calor. Y nos encanta contarles que los paisajes que vemos en el sur de Canadá, son muy similares a los de nuestra querida Patagonia con sus lagos, bosques y montañas, y que cuando acá es verano allá es invierno y al revés. No tendremos los animales que hay acá, pero no tenemos nada que envidiarles. Y está bueno salir a conocer otros lugares para valorar y apreciar más lo que tenemos, y no me refiero solo a los paisajes, sino también a las costumbres y tradiciones que nos hacen lo que somos.

Habiendo entrado hace 32 días a Canadá, recorrimos 4087 kilómetros hasta acá. Nuestra primera parada fue Squamish, a 70 km de Vancouver, compartiendo unos días con Denise y Mati, quienes viven ahí hace un año y nos invitaron a pasar a saludarlos en nuestro camino hacia el norte: Íbamos por un día y nos quedamos cuatro. Cosas que pasan cuando nos encontramos argentinos por el mundo!

A partir de ahí nos cuesta bastante recordar los nombres de los pueblos por los que pasamos, a excepción de los más importantes, como Dawson Creek porque ahí comienza la Alaska Highway, o Watson Lake, famoso porque la gente pone carteles con su lugar de origen. Sentimos que la magia está en conocer la naturaleza. 

 Y a pesar de todo necesitamos de los pueblos para comprar comida o cargar gasolina. A medida que vamos hacia el norte se hacen cada vez mas distantes y la mayoría se componen sólo de algunas casitas con los servicios básicos: una tienda donde comprar comida, un surtidor de gasolina, un motel y un camping. Y esto en verano, en invierno muchos están cerrados. Para que tengan una idea, en la provincia del Yukon hay 37 mil habitantes, de los cuales 27 mil viven en Whitehorse, la capital. Los otros 10 mil están repartidos en un territorio más grande que la provincia de Buenos Aires. 

Nuestra conexión a internet ha sido bastante escasa este último tiempo, aunque también eso fue lo que buscamos. Pero queríamos ponernos al día y no dejar cosas pendientes, porque todo lo que estamos viviendo estas últimas semanas es muy intenso, y aunque lo sintamos como normal, en el fondo de nuestros corazones, sabemos que no lo es y no queríamos dejar de compartirlo.

A veces viajamos en silencio, muchas sin ni siquiera música, mirando el paisaje y cada uno con nuestros pensamientos, a veces nos sorprendemos el uno al otro sonriendo porque sí, pero de un momento a otro es como que nos conectáramos telepáticamente, nos miramos y sonreímos, y sin emitir sonido sabemos que estamos bien, que estamos por el camino correcto…