Hace cuanto que no bailás?

Hoy escribe Gaby

Hace cuánto que no bailas por cinco horas seguidas? Y si te pregunto, hace cuánto que no bailas cinco horas seguidas bajo la lluvia? Y si a esa pregunta le agregamos, hace cuánto que no bailas cinco horas bajo la lluvia en la calle?

Esto lo hicimos luego de manejar 7 horas seguidas bajo la lluvia! Terminamos un poco cansados, obviamente…

Un anticipo de Alaska!

Partimos desde La Paz con Maga (Argentina), Klara (Francesa), Maike (Alemana), Rony (Boliviano) y por supuesto, con Flor. Si, los seis en la Kangooneta! Estamos locos! No solo pretendemos que nos lleve hasta Alaska, sino que también queremos que lleve a los amigos que nos hacemos en el viaje. Al principio la Kangooneta se quejó un poco, pero al final del trayecto, quedó súper orgullosa por su hazaña. 

La Kangooneta está FELIZ!!! Miren como sonrie!

El destino fue Chulumani, que pertenece a las Subyungas, a 130Km de La Paz. Se celebraba San Bartolomé, una fiesta a la que asisten todos los pueblos de los alrededores. Nos habían dicho que se tardaba unas cuatro horas. Lo real, es que tardamos 7!

La idea era salir a las 9am desde la casa de Maga y Klara, dónde nos estábamos hospedando. Desde el día anterior que llovía constantemente, igualmente mientras que desayunábamos no nos preocupaba, porque estábamos seguros que en la subyunga iba a estar el día soleado y con mucho calor! Es más, llevamos los trajes de baño para meternos al río.

Antes de partir fuimos con Rony a comprar la gasolina, ya que es boliviano. La idea era conseguirla al precio local y no al extranjero, y lo logramos! Nos ahorramos unos cuantos pesitos.

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 Finalmente partimos a las 10am, la primer hora de viaje fue demasiado embolante, tuvimos que cruzar toda la ciudad para salir a la ruta. Media hora más tarde estábamos en la cumbre, dónde hacía mucho frío, debido a que estábamos a las 4700msnm.

Y que se logra de la combinación de la lluvia con tanto frío? NE VA DAAAAAA!!!! Si gente, tuvimos nuestra primera nevada! Ya habíamos visto nieve y hielo en varios días de nuestro viaje, pero que caigan copos blancos del cielo, no! Obviamente que paramos, y lo disfrutamos como niños. Klara y Maga fueron las primeras en arrojar bolas de nieve.

Ya con ese gran suceso estábamos felices. Creo que si volvíamos a La Paz en ese instante, estaba bien, nadie se iba a quejar. Pero seguimos viaje!

Nos habían dicho que en Pongo nos desviemos a la derecha. Eso hicimos, pero luego descubrimos que había que agarrarla unos 5km más adelante. Supuestamente el camino tenía que ser de tierra y estar en buenas condiciones, pero era de piedra, y como no se lo veía tan mal, continuamos viaje. En resumen, en ese trayecto, los chicos se tuvieron que bajar unas cuantas veces de la Kangooneta para que pueda pasar sin problemas. La primera vez que bajaron, descubrieron que es 4x3, sisi, leyeron bien, por unos segundos la grosa de la Kangooneta anduvo en 3 ruedas! Jaja después hubo que acomodar un par de piedras para que pase por algún arroyo, pero todo bien! Todos felices por los logros, es más, Maga le mandaba mensajes a un amigo para decirle que se compre una Kangoo para irse de viaje. Y Clara decía que nos la quiere comprar en Alaska para hacer el recorrido inverso al nuestro con su novio.

Todos felices, tomando los mates que Flor cebaba hasta que alrededor de las 16hs,  cuando ya habían pasado 6 hs de viaje, dos más de las que nos habían dicho que íbamos a tardar y encima la lluvia no aflojaba y por supuesto el camino era un barrial, la kangooneta patinó en la tierra y se fue a la zanja!!! Si, la segunda encajada en Bolivia y la tercera en la que va del viaje. Esta fue la peor! Pero con paciencia y ayuda de todos, la sacamos y seguimos viaje! Luego de eso, vimos dos camionetas y un camión mas encajados en la zanja.

Cada vez que preguntábamos cuánto faltaba, nos decían una hora, eso nos hacía reir, pero a la vez nos molestaba mucho, hasta que después de 7hs de viaje, llegamos!!!

Dejamos la kangooneta en la entrada del pueblo, según lo que nos habían aconsejado, y fue lo mejor, porque el lugar estaba revolucionado. Cada dos cuadras habían acoplados como escenarios, genial! Ya a las 19hs había unos cuantos borrachitos tirados en la calle. Esto es algo común en las fiestas en Bolivia. Lo habíamos visto en el día de la Independencia en Uyuni y en la parada militar en Potosí. Hay imágenes un poco chocantes, como ver a  jóvenes que aún no toman, sostener a su padres por la borrachera.

Al principio me sentía un poco incomodo, porque todo el mundo nos miraba, pero después la pasamos increíblemente bien! Nunca me había saludado tanta gente, no se por que, pero muchos se me acercaban para saludarme, uno me decía que era el hermano, me tiraba papel picado y me convidaba cerveza. Ahí aprendí que es tradición que cuando te convidan un vaso, tenés que hacer fondo blanco, o seco como le llaman en acá, y luego tirar las últimas gotas al piso para devolver el vaso. Fue bueno aprenderlo, porque nos convidaron unas cuantas veces, distintas personas y no quedamos para nada mal jajaja

Nos encantó! En Argentina nunca vivimos algo así. Ir a una fiesta en un pueblo, bailar durante cinco horas seguidas bajo la lluvia y que gente que no conoces te trate tan bien.

Como están viendo, no hay muchas fotos. Son por dos cosas, estábamos muy concentrados en el camino y la otra es que decidimos guardar las increíbles imágenes que nos brindó la yunga en nuestras pupilas y no en el chip de la cámara o como se decía antes, que se ennegrecían los haluros de plata del rollo de foto.

Es un camino que recomendamos! Antes, chequeen que el auto ande bien y también sus corazones.

Nos despertamos sorprendentemente temprano y como seguía lloviendo, decidimos con Flor ir para Coroico. Las primeras dos horas la ruta estaba muy embarrada y patinosa. Luego mejoro.

Para llegar a Coroico desde Chulumani teníamos tres opciones de caminos. Uno era un atajo, pero no suele ir mucha gente y al preguntar nos dijeron que había un tramo con mucho barro. Decidimos descartarlo.

La segunda opción era la famosa ruta de la muerte! Hoy en día se usa a modo de excursión para bicicletas, pero algún que otro loco la sigue usando. Cuando estábamos en La Paz, esa era nuestra elección. Pero como el corazón de Flor latió demasiado en el camino a Chulumani, sintiendo que ese era el camino de la muerte, nos quedamos con la última opción, la ruta asfaltada. Que tampoco fue taaaaaan fácil, seguía la lluvia y había demasiada neblina. Ah y es un camino con muchas curvas cerradas.

Al llegar a Coroico conocimos unos artesanos en la plaza del pueblo que nos recomendaron dormir por el río que está a 7km. El camino genial!

Y que más les puedo contar? Estoy sentado escribiendo, escuchando el ruido fuerte del río, el sonido de muchiiiiiiisimos bichos, veo a Flor hacer bailes extraños para espantar las mariposas de noche. Estamos en el medio de la yunga, aclaro,  y cuando miro hacia arriba veo las estrellas.

Acá pasamos la noche, rodeados de naturaleza!