Pasamos Navidad en Otavalo, Ecuador, y tomamos la decisión
de pasar Año Nuevo en Cali, Colombia, para lo que teníamos que cruzar la
frontera y viajar 3 días seguidos para llegar. Pero como siempre rompemos con
los planes, nada de eso pasó.
Cruzamos la frontera el 27 de diciembre, luego de 5 horas de
trámites y mucha burocracia, por lo que decidimos pasar la noche en Ipiales.
Un amigo nos pasó el contacto de su primo, que vive allí, a
quien fuimos a ver y al rato de conversar ya estábamos probando el Aguardiente.
Cada Departamento (Provincia) de Colombia tiene el suyo, algunos son anisados,
otros son de hierbas, mas o menos amargos, pero todos, absolutamente todos, son
fuertísimos!
La visita obligada de Ipiales es el Santuario de Nuestra
Señora de Las Lajas, una Catedral construida en un lugar geográficamente
inimaginable.
Los días siguientes conocimos una familia de Pasto que nos
invitó a pasar el Año Nuevo con ellos, y nos terminaron de convencer para
quedarnos al Carnaval de Negros y Blancos. Pero no nos adelantemos, que el 31
hay una tradición buenísima, que en Argentina se ve muy poco.
Toda familia tiene un muñeco que se conoce como “el Año
Viejo”. Algunas lo pasean orgullosas en el auto, otras lo exponen en la puerta
de las casas o negocios y en los pueblitos los graciosos los andan robando e
intercambiando por otros.
En el Año Viejo se ponen todas las intenciones y deseos de
lo que se quiere dejar atrás, olvidar, y en el cambio de año se lo prende
fuego, mientras se brinda y se le da la bienvenida al nuevo año.
Y ahora sí, empezó el Carnaval!
La población de Pasto se duplica, los vendedores de Carioca
(nieve loca) están a la orden del día, y todos están pendientes de los
festejos, no solo en la Senda del Carnaval (recorrido de los desfiles) sino
también de los eventos de música, teatro,
y humor. En la semana que dura el Carnaval, cualquiera puede tirarte
espuma y mientras peor cara pongas, más te van a tirar. Así que si no te gusta,
mejor no salgas de tu casa. Y si vas en el auto, cuidado con dejar los vidrios
bajos.
El 2 de enero es el Desfile de Colonias de los distintos
municipios de Nariño.
Ese mismo día aprovechamos para visitar los talleres que
trabajan en las carrozas más importantes para el Desfile Magno. Es un trabajo
artesanal y muy reconocido. Y lo que más nos llamó la atención es que faltaban
4 días para el desfile y parecían estar muy atrasados. Pero no, llegaron a
tiempo. Buen laburo!
En uno de los talleres conocimos a un grupo de niños que
estaban terminando sus trajes para el Carnavalito, que es uno de los desfiles
del 3 de enero. Allí participan los niños mostrando su creatividad. No por nada
cuando llegan a adultos los artesanos son tan buenos.
Estos niños nos alegraron la tarde y nos quedamos
conversando un largo rato. Nos hac ían preguntas de gente adulta y
entre risas y cantos nos contaron que el tema elegido para el desfile era “El
Café”, que está presente en todas las circunstancias de la vida.
Ese mismo día pero en la tarde, se realiza el desfile de
Colectivos Coreográficos, donde participan varios grupos de danzantes andinos.
Quienes quedan en 1º y 2º lugar, vuelven a presentarse en el Desfile Magno.
El 4 de enero es el Desfile de la Familia Castañeda. Lleva
este nombre porque en el año 1928, mientras se estaba celebrando el Carnaval,
esta familia llega a vivir a Pasto y se incorporaron a los desfiles con todos
los elementos de la mudanza.
El 5 de enero se celebra el “Día de los Negros”. En la época
de la Colonia, los esclavos africanos tenían sólo este día al año para
celebrar. De allí la tradición de que este día todos nos pintamos de negro.
Algunas personas llevan cosméticos negros y piden permiso para pintarte: Una
pintica, por favor! No podés negarte.
Otros, en cambio, lo hacen con un poco mas de maldad y sin
pedir permiso.
Llegó el último día, el que todos estaban esperando, el 6 de
enero: “Día de los Blancos” y del Desfile Magno. Algunas personas pasan la
noche guardando los lugares para poder tener buena vista de las carrozas.
Mientras se disfruta del desfile, la gente se divierte tirándose espuma y
talco. Nadie se salva, ni siquiera la policía. Y los bailarines van animando al
público gritando: Que viva Pasto carajo! Que viva el Carnaval!
Y así se pasó una semana que nunca nos habíamos imaginado,
entre desfiles, nuevos amigos, asados en familia, charlas y mucha risa. No nos
queda más que agradecer por tanta buena onda.
Una vez más tuvimos que decir hasta luego, pero sepan que
los vamos a recordar siempre, así como lo hacemos con toda la buena gente que
compartimos grandes momentos.
Hermoso carnaval,fotos frescas,que linda pareja,besos papa jorge...
ResponderEliminarREALMENTE SORPRENDIDO DE ESTE VIAJE ,LOS FELICITO QUE TODO SIGA BIEN JORGE DE VICTORIA BS AS
ResponderEliminarQue coloridas!!! Divinas fotos, exitos en el resto del viaje! Saludos desde Zarate, Bs As.
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