domingo, 11 de mayo de 2014

Guyana, el segundo país más nuevo de Sudamérica.


Durante la Segunda Guerra Mundial, Guyana, que en ese entonces todavía era colonia británica, sufrió mucho el desabastecimiento generado por la poca llegada de barcos a sus costas. Para un país acostumbrado a que todo venga del otro lado del Atlántico, fue muy duro soportar la falta de alimentos.
Y fue mas o menos para esa época que Cheddi Jagan entró en escena.


Fue quien fundó el PPP (Partido Progresista del Pueblo) en 1950 y fue líder de los movimientos revolucionarios que en 1966 le dieron a Guyana la independencia del Reino Unido. Siempre se mantuvo en la política y fue elegido Presidente en 1992. Falleció mientras todavía duraba su mandato y su esposa, Janet Jagan, continuó en el poder temporalmente.
Hoy en la “Red House”, donde Cheddi Jagan vivió un tiempo con su familia, funciona el “Cheddi Jagan Research Centre” donde se puede aprender acerca de su legado a este país.


Es impresionante la cantidad de banderas de Guyana que se ven por todos lados. Tal vez sea una manera de que la gente tenga presente la independencia del país y de generar ese sentimiento de pertenencia tan necesario.



Georgetown, la capital de Guyana, tiene un particular encanto.
Por su arquitectura, no podemos compararla con ciudades coloniales ni con ciudades europeas, pero tiene un gran trabajo de construcciones en madera que son impresionantes. No solo los edificios importantes, sino casi todas las casas, aunque éstas están bastante mal mantenidas. No sabemos si será cierto, pero se dice que la catedral de Saint George´s es la construcción en madera más alta del mundo.






El edificio más alto de la ciudad tiene 3 pisos, cosa que nos sorprendió mucho, pero que en realidad está bien. Es una ciudad pequeña y no tiene mucho sentido amontonarse cuando hay lugar.



Un legado muy importante que dejaron los Holandeses en Guyana es una red de canales para irrigar los campos y así tener agua para la agricultura.
Parece que son expertos en este tema y lo aplican donde pueden.
Gracias a las mareas, el agua entra tierra adentro para alcanzar las áreas rurales, pero también debe entrar a la ciudad y es necesario que todos los días, cuando la marea baja, se saque el exceso de agua. Si se olvidaran solo por un día, toda la ciudad se inundaría, ya que está construida 2,5 metros por debajo del nivel del mar.



Hablando de agua, no hay agua potable en las casas. Así que incluso para cocinar se usa agua embotellada. Los “centros de venta de agua” nos parecieron lo máximo.
En todos los países, cuando querés comprar bidones de 20 litros, necesitar entregar uno vacío y para los viajeros es algo muy complicado. Pero en Guyana podés ir con el recipiente que quieras y te lo llenan en el momento. Nosotros cargamos 20 litros de agua y pagamos menos de U$S 1.


Hay 2 mercados para comprar lo que sea. El Starbroek Market es el más importante. Ubicado a orillas del Rio Demerara, coronado por la famosa torre del reloj (que claramente no funciona). Se encuentra desde frutas, verduras y pescado, hasta ropa, zapatos, hamacas, redes para los mosquitos, y joyas.





La ciudad en general es bastante sucia. Hay una campaña muy fuerte por parte del gobierno para mantener la ciudad limpia. Pero parece que todavía la gente no tomó conciencia.
No solo hay basura en la calle, sino también en los canales de agua que están abiertos en el medio de la ciudad. Lo asombroso de estos canales, es que sin importar lo sucios que estén, permiten crecen unas maravillosas plantas acuáticas con distintas variedades de flores, incluida la flor de loto. Mucha gente pagaría por tener esas flores en su casa y acá crecen entre la basura.





Algo muy contrastante con la onda caribeña que se respira en Georgetown, es la formalidad y burocracia de sus instituciones. Al llegar a la capital, tuvimos que ir a la GRA (General Revenue Authority) a solicitar una extensión del permiso para el auto en el país. No sabemos porqué no te dan directamente un permiso en la frontera como en todos los otros países. La cuestión es que llegamos los dos vestidos mas o menos de playa. No exactamente, pero con el calor que hace no podíamos estar de otra manera. En la entrada, una señora toda seria nos detiene extendiendo la mano al estilo Gasalla diciendo que no podíamos tener bermuda y hombros descubiertos. No entendíamos porque, pero no nos quedó otra que ir a cambiarnos y volver.
Para terminar con el trámite que teníamos que hacer, tuvimos que ir 3 veces porque siempre faltaba algo.




A veces te tienen que pasar estas cosas para que no digas que viajar siempre es fácil, pero es maravilloso...

2 comentarios:

  1. Que buena resena de su paso por Guyana! La leo y releo, siempre encuentro algo mas! Los quiero mucho! SIGAN HACIENDO CAMINO...Son muchos en Castelar que preguntan o comentan su hermosa aventura que, no es turismo, ES MUCHO MAS!!!

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  2. Muchas gracias como siempre por leernos y comentar! Guyana fue muy raro y divertido...
    Diganle a todos que entren en la página jajaja
    Saludos viajeros!

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