En Guyana, la mayor parte de la población vive sobre la
costa, ya que el 80% del territorio está cubierto por selva tropical y su
conexión con el mundo es por el mar. Con excepción de la ruta desde Lethem, de
la cual ya sabemos su pésimo estado y el camino de la costa que limita con
Surinam. Hay intentos por parte del Gobierno de Brasil para asfaltarla, pero
parecen no ponerse de acuerdo con el Gobierno de Guyana.
Nosotros creemos que prefieren seguir conectándose por el mar, como si fueran una isla, y de esa manera controlar mejor el tráfico de mercaderías.
Nosotros creemos que prefieren seguir conectándose por el mar, como si fueran una isla, y de esa manera controlar mejor el tráfico de mercaderías.
Nos dimos cuenta de que están muy ligados con la cultura de Estados Unidos (vimos muchas banderas) y del Caribe. Tal vez el idioma o la historia los relaciona más que con Sudamérica, y no podemos culparlos.
Su industria principal se basa en la extracción de oro y diamantes, que no están en minas de montaña, sino en el medio de la selva. Hay bastantes problemas con la minería ilegal en la que agregan mercurio al agua y contaminan los ríos.
Otra cosa que nos llamó mucho la atención es la cantidad de
cultos y religiones que conviven en armonía, en un país que no alcanza un
millón de habitantes.
Se ven templos hindúes y mezquitas por todos lados y muchas
iglesias cristianas: Luteranas, Presbiterianas, Adventistas del 7mo día,
Bautistas, Gospel, Metodistas, etc.
Como les contamos en “la loca entrada a Guyana”, queríamos
llegar pronto a Georgetown para participar de Phagwah o Holi, el “Festival de
Colores”. Se trata de una celebración Hindú, de la cual hoy participan todos, y
consiste en tirarse polvos de colores y agua, siendo literalmente un enchastre,
pero muy divertido. Nosotros fuimos al Estadio, donde había 18.000 personas y
show de música, con la presencia de Teddy Cajraj, un cantante muy famoso. Si quieren pueden ver un video aquí.
En las calles se puede ver un gran movimiento Rastafari.
Nuestra primera relación con ellos fue en el camino de Lethem a Georgetown,
cuando paramos a dormir después de cruzar el río. Allí estaban ofreciendo
iguana para la cena (si señores, acá se come) y los rastas diciendo que ellos
nos comían carne, que su cultura no se los permitía.
Nenitas rasta |
Nos sorprendió la cantidad de hoteles y restaurantes con la
bandera de Brasil y todo escrito en portugués.
Indagamos por ahí y nos contaron que hay muchos brasileros
en Guyana, trabajando en las minas de oro o en el negocio de la compra y venta.
Algunos legales y otros no tanto.
Cuando vimos el mar por primera vez, debo confesar que nos
desilusionamos un poco. Esperábamos un mar azul caribeño y en su lugar
encontramos un mar marrón, más oscuro incluso que el Río de la Plata. Nos
preguntamos por qué y la respuesta fue demasiado fácil. La cantidad de ríos que
desembocan en el mar en las 3 Guyanas hacen que se vea oscuro.
Nosotros fuimos hasta Guyana Francesa y volvimos por el
mismo camino, pero si uno quisiera seguir y llegar a Brasil, hay que tomar 4
ferrys y cruzar infinidad de ríos a través de puentes.
Como siempre flor la mejor sonrisa para flor, les cuento que lei que hay acuedos con brazil, para construir caminos para mejorar el intercambio comercial. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias por lo de la sonrisa! Todavía no está cerrado el acuerdo, pero esperamos que lo hagan pronto, por el bien de otros viajeros!
EliminarJajaja qué divertido chicos! Abrazos y buenas rutas!
ResponderEliminarQue bueno que les haya gustado! Saludos viajeros! Flor y Gaby
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