Vivir en el extremo

Hace poquito más de un mes llegamos a Ushuaia, esta ciudad que tanta curiosidad despierta en muchas personas.

El fin del mundo, la ciudad más austral del mundo, la única ciudad de Argentina al oeste de la Cordillera de Los Andes, la única ciudad de Argentina donde el mar y la montaña están juntas. Tantas máximas que creo que podríamos enumerar algunas más.

En el Parque Nacional Tierra del Fuego - Fin de la Ruta 3

Por qué el FIN en lugar de el INICIO o el PRINCIPIO? 

Bien podría serlo, pero no. Llamar a este lugar el FIN DEL MUNDO ha sido una gran estrategia de marketing, y por ahora viene funcionando bastante bien.

Y sacándonos la foto en el infaltable cartel que te da la bienvenida a la ciudad, con el Canal de Beagle y las montañas de fondo, nos encontramos con una estructura de hierro un tanto extraña, y un cartel que nos llamó poderosamente la atención.

Se titulaba VIVIR EN EL EXTREMO. TOROIDE y decía así:

La isla que parece caer del mapa recibe constantes flujos de humanos. Magnéticamente atrapados en la atracción de lo desconocido, que se afincan en un territorio tan hostil como encantador. Qué determina la pulsión de aventurarse al más recóndito confín del planeta? La respuesta quizá se encuentre en la figura del TOROIDE*. La atracción humana hacia el recóndito sur podría deberse a la posición geográfica de la isla y su relación con el campo geomagnético que circunda la tierra, donde el polo norte geográfico es el polo sur magnético. Y Tierra del Fuego está más cerca del norte magnético. Es probable que los humanos de todo el mundo hayan migrado al sur buscando el norte magnético. O el polo positivo del toroide.

Lo tuve que leer más de una vez, y me dejó pensando. Me generó curiosidad y tuve que buscar los significados de algunos términos. Esta búsqueda me fue llevando de una a otra página, abriendo cada vez más inquietudes en lugar de encontrar respuestas.

Y si relacionamos esto con la población del mundo y sus grandes primeras migraciones provenientes desde África hace cientos de miles de años, en ese caso sí podríamos decir con seguridad que Tierra del Fuego es el fin de mundo, ya que fue el último lugar al que llegaron los primeros humanos, que cruzaron por el estrecho de Bering en Alaska, hace unos 10 mil años.

Los días se van haciendo cada vez más cortos, y pasan más rápido de lo que nos damos cuenta. Nos sentimos afortunados de poder estar en un lugar increíble y de poder seguir compartiendo los tres juntos el día a día. Asomarnos a la ventana y ver montañas o el canal es maravilloso.

Estamos en el fin del mundo pero a veces no parece porque Ushuaia es una ciudad en la que hay de todo, pero además estamos en una isla. No me había dado cuenta de esto hasta que escuché a varias personas referirse a Tierra del Fuego como LA ISLA. La isla esto, la isla aquello. Y a nosotros  que somos nuevos todo nos sorprende, nos llama la atención.

Mi abuela Mary era de Mallorca, una Isla, y ese, para ella, no era un detalle. No habría las comodidades o facilidades que hay hoy. Pero así y todo, hay esencias que probablemente no cambien. 

Oli, quien ahora dirige el rumbo de la Kangooneta, y también de nuestras vida.

Mirar con atención el bosque y encontrar pájaros carpinteros

Escuché a alguien decir que la isla te acoge y te abraza o te escupe. Vamos a ver que resulta de todo esto.

Tenemos mucho que aprender sobre este lugar, su historia, su gente, sus bosques y su magia. Lo importante es que no perdamos la curiosidad y que tengamos los ojos y el corazón bien abiertos. Hagamos una pausa en nuestra rutina diaria para pensar y sentir si vamos bien, levantemos la vista y miremos a nuestro alrededor para no dejar de sorprendernos por estar viviendo en el extremo.

Mirar hacia abajo

También hacia arriba

Mirar por la ventana

Mirarnos a los ojos

Y sentir la tierra con todo nuestro cuerpo