Intentando entonces seguir contándoles que pasó entre Alaska
y New York, ayer en el 4to día del desafío les conté la rápida pasada por
algunos parques nacionales de Canadá.
Y hoy le toca al famoso:
Parque Nacional Yellowstone?
Habla la llama que llama!
Seguro que pensaste en eso! Cómo no hacerlo con lo que la
llama nos taladró la cabeza!?
O el oso Yogui, que en realidad vivía en el Parque Nacional Jellystone, nombre inventado
pero claramente basado en este parque.
Ubicado en el estado de Wyoming y con 4
accesos, pero 2 de ellos en el estado de Montana, tiene una gran superficie y
muchos caminos internos con infinidad de atracciones.
Esta es para Xav de Seattle, si estás leyendo! |
El primer acceso al Parque |
Nosotros veníamos desde Canadá, y antes de
llegar pasamos por otro Parque Nacional llamado Glacier, que tiene unos caminos
muy sinuosos en la montaña donde nos despedimos de la nieve que nos venía
acechando para sacarle un poco de ventaja.
Por este sinuoso camino nos cruzamos con Ben y Molly, a quienes conocimos en San Francisco y se estaban preparando para viajar. |
Chau frío! |
Cuando llegamos a Yellowstone fue como haber
entrado a un microclima de verano. Teníamos calor al fin! Nos sacamos las
camperas, los pantalones largos y disfrutamos mucho de sentir el sol en la
piel! Que necesario que es!
Sabía
que en este Parque encontraríamos geisers, que son aguas termales que brotan
del interior de la tierra en forma de vapor caliente o agua a presión. La
primera vez que habíamos visto algo así fue en el Salar de Uyuni, pero esto era
multiplicado por mil.
Me hizo
acordar un poco a Puente del Inca, Mendoza, con el azufre impregnado por todos lados y
ese olor a huevo duro asqueroso.
Pero
nunca había imaginado la variedad de imágenes, colores y animales que vimos.
Con
muchas opciones para acampar dentro del Parque Nacional, algunas bastante
rústicas, aunque si vas en temporada alta es probable que no consigas lugar y
tengas que hacer unos cuantos kilómetros para encontrar lugar en un camping fuera
del parque, como claramente nos pasó a nosotros.
Una de las mayores atracciones es el geiser Old Faithful,
que vendría a ser algo como viejo en el que se puede confiar, o viejo fiel. Fue
descubierto hace más de 150 años y desde ese entones es posible predecir cuando
hará erupción, que es cada una hora y media, minutos más, minutos menos.
Nosotros preferimos mirarlo de lejos, observando el
comportamiento de la gente que se peleaba por estar delante de todo cuando
faltaban pocos minutos para el espectáculo.
Otros geisers y aguas de unos colores turquesas que nunca me
hubiera imaginado, incluso nadar en el río frío que recibe un manantial de agua
termal. El problema era que la mayoría de las veces el agua era o demasiado
fría o demasiado caliente, y caminar por el río pisando las piedras del fondo
no fue fácil.
Y los animales! Están tan acostumbrados a la gente que ni se
inmutan, caminan por el medio de la ruta, te miran y hasta parece que posan
para la foto.
Como dije antes, creo que en ese momento del viaje el
cansancio de ese estilo de vida se hacía sentir, pero ahora mirando nuevamente
las fotos y reviviendo esos momentos, no
puedo más que sentirme afortunada de haber podido estar ahí.
Tienen que sentirse con mucha suerte, el haber podido conocer todo lo que conocieron, y que todo el esfuerzo y los sinsabores, bien lo valieron, solo pensar en todo lo que recorrieron y acordarse de cosas, les llena el alma, como a mi al ver las fotos
ResponderEliminarHola, vivo en Ciudad de México. En 2017 fui manejando hasta Toronto pasando por muchos lugares en Estados Unidos. Sentía que era mucho, pero claramente es nada comparado con lo de ustedes. Tenemos la idea de ir hasta lo más al norte de Alaska que se pueda ir manejando, espero poder hacerlo este Verano de 2019. Muchas felicidades por su súper viaje. Reciban un gran Saludo desde aquí, Coyoacán CDMX.
ResponderEliminar