jueves, 18 de junio de 2015

Arizona, el estado del Gran Cañon

Entrar a un nuevo estado en este país es como entrar a un nuevo país cada vez. Siempre hay una oficina de información turística donde nos llenan de mapas y de información, y claro, nos ayuda mucho a planear la ruta, porque como seguro ya saben, no investigamos demasiado con anticipación y menos que menos vemos fotos de los lugares a los que vamos a ir.


De Arizona, lo único que sabíamos es que es el “Estado del Gran Cañon”, como lo muestran orgullosas las patentes de los autos de este estado, pero por suerte descubrimos que Arizona es mucho más que eso.

El primer lugar que visitamos fue el Parque Nacional Bosque Petrificado. Se hubieran imaginado alguna vez que lo que hoy es un desierto, hace 200 millones de años fuera un bosque tropical? Nosotros nunca, pero así era. Y las tormentas tiraron árboles, que cayeron al río, se fueron cubriendo con sedimentos y con el correr de los años, estos sedimentos que contienen minerales fueron fosilizando o convirtiendo la madera en piedra. Desde hace unos cientos o tal vez miles de años, estos árboles fueron saliendo a la superficie y así es como se los puede encontrar hoy. Entre cañones  de piedra de todos colores, vistas infinitas y arbustos tan pequeños que nos recuerdan lo seco del clima en el medio del desierto, yacen estos testigos del pasado, mostrando vanidosos los colores que adquirieron y que saben que van a ser eternos, por lo menos para los seres humanos.










Avanzamos hacia Walnut Canyon, otro cañon impresionante donde encontraron muchas casas de nativos que estaban construidas en la montaña aprovechando los techos y refugios naturales que les daban las piedras. Otro lugar hermoso que no estaba publicitado en ningún lado.




Y fuimos al maravilloso Sedona. Para llegar, tomamos la ruta escénica, que nos sacó de la autopista por un camino que baja serpenteante entre bosques de pinos. Fue de esas rutas que nos encantan y que haríamos una y otra vez, porque no nos cansamos de las curvas y de las vistas.





Nos íbamos quedar solo un día pero nos enteramos de que se acercaba el fin de semana largo de Memorial Day, un feriado muy importante, y el Gran Cañon iba a ser una locura de gente. Por lo tanto decidimos que Sedona nos acoja unos días más. Había tantas caminatas para hacer que no iba a ser difícil quedarse más tiempo. Gracias a la información de turismo, encontramos EL lugar para ver el atardecer. Sillitas, mate y una de esas vistas que te deslumbran. Cathedral Rock es uno de los puntos que aquí llaman Vortex, lugares en los que hay una energía especial. No somos muy de esas cosas, pero algo tiene que haber tenido Sedona que nos encantó tanto.










Allí por primera vez acampamos libre en dos National Forests. La primera vez en medio del desierto y la segunda en un bosque de pinos. Hicimos una caminata de 8 km que le da toda una vuelta a la montaña para tener vistas increíbles y nos metimos con la Kangooneta por caminos con bastante tierra colorada. Por suerte, encontramos un lavadero de autos, donde pudimos dejarla limpita y brillante como a ella le gusta.










Y ahora si, con ustedes! El Gran Cañon del Colorado!!!
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, aunque en estos casos las fotos no alcanzan a reflejar ni un poquito la magnitud del lugar.

Solo queremos compartir con ustedes una frase que escuchamos esos días en el Parque para luego dejarlos con las fotos, y que dice algo así como: 

El Gran Cañon no necesita de la humanidad (viene formándose desde hace más de 200 millones de años y lo seguirá haciendo aún cuando no estemos en la tierra para verlo), pero los seres humanos en algún momento de nuestra vida, necesitamos un lugar como el Gran Cañon.
















Y para los fanáticos de la Ruta 66 y de VW y , las últimas fotos de nuestros pasos por allí...









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